En un soleado día invernal y con temperatura casi primaveral, es una delicia, que no tiene precio, dar un paseo por el territorio del Cabo Udra, situado en la gallega península del Morrazo, y disfrutar del paisaje de monte, con sus rocas de extrañas y sugerentes formas, mientras el mar rompe sobre las cercanas rocas y los trinos de los pájaros y el piafar de los caballos son el único ruido que acompaña al golpeteo del oleaje.
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